Prevención y detección oportuna del cáncer de mama

La prevención y detección oportuna del cáncer de mama puede salvar vidas, de allí la importancia de conocer las pruebas que existen actualmente y demás posibilidades para hacer frente a esta enfermedad de manera temprana y mejorar el pronóstico del paciente.

¿Qué son las pruebas de detección del cáncer de mama?

En este tipo de pruebas se revisan las mamas para detectar o descartar la existencia de células potencialmente cancerígenas, incluso antes de que aparezca algún síntoma de la enfermedad.

Se recomienda asesorarse con el especialista de salud para tomar decisiones informadas y compartidas, a sabiendas de los beneficios y riesgos de cada prueba de detección.

Si bien es cierto que este tipo de pruebas no pueden prevenir la aparición del cáncer, son útiles para detectarlo en etapas iniciales, cuando es más fácil de tratar.

Recomendaciones sobre las pruebas de detección del cáncer de mama

El Grupo de Trabajo sobre Servicios Preventivos de Estados Unidos está conformado por médicos y especialistas que constantemente investigan mejores alternativas para prevenir enfermedades y recomiendan innovadores métodos que el personal de salud puede implementar para detectar de forma oportuna este tipo de afecciones en los pacientes.

Dicho Grupo de Trabajo recomienda que las mujeres con edades comprendidas entre los 50 y 74 años de edad y que tengan riesgo promedio de padecer cáncer de mama se realicen una mamografía preventiva cada dos años.

Por su parte, las mujeres de 40 a 49 años deben consultar con su médico cuándo es el momento oportuno para comenzar a realizarse este tipo de pruebas y la frecuencia con la cual someterse a las mismas.

En otro orden de ideas, las mujeres deben considerar los beneficios y riesgos que implica cada una de estas pruebas en caso de que vayan a someterse a las mismas antes de los 50 años.

Pruebas para detectar el cáncer de mama

Estas son algunas de las pruebas que se suelen realizar con más frecuencia para detectar cáncer de mama:

  • Mamografía: es una de las pruebas más efectivas y consiste en realizar una radiografía de las mamas.
  • Resonancia magnética: se suele realizar junto con la mamografía para examinar a aquellas mujeres que tienen un riesgo alto de padecer cáncer.
  • Examen clínico: el personal de salud utiliza sus manos para palpar las mamas en busca de bultos u otras anomalías.

La importancia del autoexamen

Las propias pacientes son las primeras que pueden detectar alguna anomalía en sus mamas, de allí la importancia de conocerse a sí mismas.

Al menos una vez al mes es recomendable realizar palpaciones con el fin de asegurarse de que todo está en orden y no existe ningún bulto, dolor o secreción que requiera examinación médica.

Es importante mantener conciencia sobre el propio cuerpo, lo cual incluye el tamaño de las mamas, de modo que sea posible detectar cualquier síntoma fuera de lo normal, con la finalidad de realizar un estudio y descartar la posibilidad de cáncer.

Beneficios y riesgos de las pruebas de detección del cáncer

Todas las pruebas de detección implican ciertos riesgos y beneficios que es importante consultar con el médico antes de someterse a ellas.

El principal beneficio consiste en poder detectar el cáncer en sus etapas iniciales, cuando se puede tratar más fácilmente.

En cuanto a los riesgos, podemos mencionar un falso positivo, donde la aprueba arroje resultados asociados al cáncer, pero no lo haya en realidad, lo cual conlleva la realización de pruebas más caras e invasivas, sin mencionar la ansiedad que genera en el paciente.

Otro perjuicio es el sobrediagnóstico, que ocurre cuando los médicos hallan un cáncer que podría no haber causado síntomas e incluso desaparecer por sí mismo, así como la implementación de un exceso de tratamiento que ocasione efectos secundarios innecesarios o no deseados.

Finalmente, ciertos procedimientos en las pruebas de detección pueden ocasionar dolor como es el caso de la radiación en las mamografías y los riesgos asociados a la recepción de rayos x de manera repetida.